Espacio donde compartir mis opiniones en relación a la profesión.

sábado, 5 de septiembre de 2020

Reunión con personas claves en la estrategia de cuidados: noviembre de 2019
Hace alrededor de un año acepté uno de los mayores retos de mi carrera profesional. Con honestidad digo que nunca pensé en que algún día sería nombrada Directora de Enfermería, son de esas cosas con las que no cuentas y menos cuando has orientado tu carrera profesional por otras líneas, que ahora mismo no vienen a cuento.

Me comprometí con un proyecto cargado de valores que siempre he mantenido en rojo en mi pizarra y he compartido cada día con mi equipo.

Se sumaron al proyecto gente fantástica, algunas las conocía de otras etapas, otras fueron apuestas para el cambio, todas son profesionales implicadas con la gente y con la profesión, y lo realmente asombroso ha sido su capacidad para trabajar en equipo. No exagero un ápice si digo que encajaron a la perfección, se trasformaron en un equipo capaz de convertir un folio en blanco con líneas generales de “hacia dónde vamos” en auténticos proyectos de mejora. En menos de un mes teníamos nuestra estrategia de cuidados, transversal a todas las acciones de la empresa, que nacía para ser construida con las personas claves, la gente que cuida cada día desde los centros de salud.

Por el camino llegó una pandemia, la mayor crisis sanitaria y social del último siglo, y en ella llevamos trabajando sin descanso desde enero. El 30 de enero por la tarde me enteraba del primer positivo por COVID en España, en La Gomera. El 31 ya estábamos llamando a Pino González, enfermera con experiencia en más de 19 emergencias sanitarias, en ese momento comenzamos a prepararnos ante la pandemia. A Gran Canaria llegaron los casos más tarde, pero desde el minuto cero arrancaron los motores del proyecto que ocuparía mi vida en los últimos 8 meses. Ha sido un tiempo sin descanso, incontables las horas diarias de lunes a domingo, con la fortaleza de un equipo que apuntala, que suma, que empuja, que se hace presente y son la fuente de inspiración para llegar cada día “renovada” al trabajo. 

No negaré los momentos de flaqueza, las lágrimas que me he bebido cuando veía llegar a los profesionales exhaustos a la base, la rabia que he sentido en momentos concretos, probablemente lo que más ha socavado el ánimo ha sido la narrativa de la situación indigna de la atención a las personas migrantes, y mi propia impotencia al no poder ofrecer la respuesta que los/as profesionales demandaban, porque tienen razón, porque la sociedad ve un mapa y este personal  cada día pisa el territorio, y pisan fuerte, dando lo mejor a cada paso.

Hemos gestionado una parte de la Epidemia y la hemos gestionado con E de Enfermera/o. Por favor, que nadie se ofenda, todos han sido importantes y necesarios, los equipos siempre se proyectaron con visión multidisciplinar  y he sido la primera en apostar por “fichar” a múltiples categorías profesionales, nunca Atención Primaria de Gran Canaria ha tenido en sus filas a tantos técnicos en cuidados  auxiliares  de enfermería, auxiliares administrativos, fisioterapeutas, celadores, matronas, conductores y un largo etcétera.

Ahora bien, me despido con el corazón lleno de amor, amor por la Atención Primaria y por la profesión que represento, la profesión del cuidado. He visto a las enfermeras crecer y desarrollar procedimientos impecables para el rastreo, para la toma de muestra de PCR, para el estudio de seroprevalencia, para mantener los cuidados tanto presencial como telefónicamente, a lo COVID y a lo NO-COVID. Las he visto adaptarse en tiempo récord a la nueva normalidad, se han formado, han gestionado, han liderado, han hecho lo que mejor saben hacer: cuidar, también  en tiempos de epidemia.

Estoy segura que todos estos profesionales sanitarios que se han volcado en cuidar a la población no solo han contribuido a contener la epidemia, sino a mantenernos en unas de las mortalidades más bajas de España. Según el Instituto Nacional de Estadística, la sobremortalidad acumulada en lo que va de año (respecto al año anterior) se sitúa en un 3,89% en Gran Canaria frente al 17,5% a nivel nacional. Me llama la atención, por ejemplo, que podamos tener mejores cifras que Asturias, que se ha caracterizado por un gran control de la COVID y tiene una trayectoria destacable en la promoción de la salud, los autocuidados y el manejo de la cronicidad. Toda la estrategia de cuidados, la proactividad en las llamadas a personas identificadas como vulnerables, tanta implicación profesional y tanta humanidad tiene mucho que ver con estos notables resultados en mortalidad.
Estos profesionales también me han cuidado, han estado todas y todos a una, en esta segunda ola no han dudado en descolgar el teléfono y ponerse a disposición: "para lo que necesites", la frase que más he escuchado en este agosto de 2020. Nunca podré agradecer lo suficiente, nunca sabrán lo que ha supuesto para mí saber que contaba con esta fuerza imparable, impagable.

Me voy con humildad, consciente de errores y aciertos, tranquila, en Paz. Segura de que es lo mejor en este momento, con vocación de servicio, con ganas de ofrecer cuidados allí donde la vida me lleve, allí donde se considere que puedo aportar.

Sólo puedo dar las gracias, todo este esfuerzo ha sido una gran oportunidad, he aprendido, he crecido y ahora sé que seré mejor enfermera, porque he ampliado el campo de visión, porque lo he visto desde el otro lado y  he sentido la responsabilidad de proyectar cuidados para más de 800.000 personas. 

Nos vemos en la brega, remando, sumando, cuidando. 




domingo, 10 de mayo de 2020

Llevo meses sin pasar por aquí, realmente pienso y repienso la enfermería a diario, no siempre la vida me permite plasmarlo en unas líneas. Intento compartirlo con quienes me rodean, incluso en este momento de ajetreo vertiginoso al que nos ha abocado la emergencia sanitaria por la pandemia COVID - 19.

Hoy me permito parar, la ocasión lo merece, quiero conectar conmigo y con mis valores esenciales en relación a la profesión de la que formo parte. Acabo de llegar al despacho, es domingo 10 de mayo y son las 13:45 horas. Vengo de estar con enfermeras que están hoy trabajando en primera línea, y que mañana volverán, en esta ocasión formarán a sus compañeras para adaptarnos a las nuevas realidades, a los nuevos protocolos. Me han hecho pensar, y repensar, y lo agradezco. ¿Hacia dónde vamos? hacia un mundo que necesita salud y cuidados, éste es nuestro mundo y para ello la sociedad y el sistema necesita re-situarse, porque lo que era antes ya no es y nunca volverá a ser.

En mi opinión, con los años de experiencia y peinando canas (ahora más que nunca) las líneas básicas pasan por: refuerzo en personal; más presencia de cuidados en la toma de decisiones e inversión.

1. Refuerzo de enfermeras, matronas y auxiliares de enfermería. Hacer más con lo mismo no se puede, llevar a la población hacia la Salud es un auténtico reto, siempre presente y ahora magnificado por la actual situación sanitaria donde la inequidad se dispara, preocupa toda la sociedad y en especial los vulnerables, que necesitan cuidados y cuyos flujos de llegada al sistema sanitario serán dispares porque no todos dispondrán de los mismos recursos, esto es inaceptable desde el punto de vista ético, político y social.
Tanto en la emergencia sanitaria como para dar continuidad a la asistencia habitual dentro de esta desescalada, nueva normalidad o cambio de paradigma (como prefiero llamarlo) se necesitan más profesionales, y los perfiles a mi juicio están claros: hablamos de cuidados.

2. Más presencia de cuidados en la toma de decisiones sanitarias: liderazgo y gestión. El "lenguaje llano de cuidados" que contacta con la población, se soporta en el "cuidado profesional" que aporta la profesión enfermera a la sociedad. Este lenguaje y su narrativa debe formar parte de las mesas de debates y toma de decisiones, de los comités de expertos. Es básico, si la sociedad necesita ser cuidada, que el experto en cuidados asesore sobre la mejor forma de hacerlo. De la otra manera es "contra-natura", no puede ser que sobre una decisión tomada se tenga que "repensar" cómo traducir al lenguaje de los cuidados, esta cuestión que puede pasar desapercibida es clave para que el sistema fluya y la población reciba lo que legítimamente le pertenece.
Soy consciente de que este punto requiere de madurez, profesional (que existe) y también social y cultural: son muchas las barreras y prejuicios, también los techos de cristal socioculturales, económicos y del propio sistema sanitario.  Igualmente digo, como profesión tenemos la responsabilidad de estar, de buscar oportunidades y de mirar más allá.

3. Inversión. No sólo se trata de contratar personal, se trata de invertir en:
  • Formación especializada: más plazas, más perfiles, más creatividad,  nuevos ámbitos donde desempeñar su labor, normativa que permita su contratación, y todo lo anterior sin descuidar al resto.
  • Formación continuada: más allá de lo virtual es necesario invertir en la tutorización, en la adquisición de competencias para los nuevos retos a los que se enfrentan generalistas,  especialistas y de práctica avanzada. Con criterio de seguridad, como siempre, pero en terreno, donde se aprende y se mejora.
  • Infraestructura: trabajar bien requiere de espacios y dotación. También de flexibilidad horaria y plasticidad, aquí tendremos que sumar esfuerzos todos y todas, porque nada volverá a  ser como antes, ni en el sistema sanitario ni en el conjunto de la sociedad, un ejemplo claro: ¿volverá la escuela a ser como era?; ¿volverán nuestros hijos e hijas a las aulas en las mismas condiciones que en enero?; ¿será necesario pensar en nuevas fórmulas?
  • Promoción, prevención y trabajo comunitario, en todos los ámbitos y especialmente en la Atención Primaria. Fomento del autocuidado y la educación para la salud, muchos de nuestros pacientes han caído en el "descuido" por la alarma sanitaria, tendremos que seguir combatiendo la creciente demanda por las enfermedades no transmisibles: tabaco, alcohol, dietas malsanas, actividad física insuficiente. No nos olvidemos de la salud mental y del impacto que esta epidemia está teniendo en nuestra población, los estilos de vida saludables son un pilar fundamental para salir adelante.
Todo lo anterior requiere de inversión, insisto más con lo mismo no se puede. Y sí, estamos llevando el mundo hacia la Salud, con muchas dificultades, nada nuevo, este es nuestro mundo y a mí personalmente me gusta pensar que cada día trabajo para cambiarlo.

Feliz Día Internacional de la Enfermera y la Matrona. Gracias a todas/os por estar, por sumar, por sacar esto adelante, por mi parte tienen el compromiso de que seguiré trabajando incansablemente por "nuestro mundo".