Espacio donde compartir mis opiniones en relación a la profesión.

sábado, 30 de noviembre de 2019

Perfil sanitario nacional 2019. OCDE

Saber lo sabemos, porque lo vivimos y me atrevo a decir que en algunos casos lo sufrimos como profesión y como sociedad. Que la OCDE lo incluya en sus informes no es nuevo, y como parece que lejos de solucionarse se cronifica, merece la pena parar unos minutos a reflexionar sobre por qué la contratación de enfermeras debe ser una prioridad en la política sanitaria.

Cierto es que el número de enfermeras ha mejorado algo en los últimos años, pasando de una ratio de 5,2 enfermeras por cada 1000 habitantes (según  informe OCDE de 2016) a 5,7 en la actualidad, números muy alejados de la media europea que se sitúa en 8,5 enfermeras por cada 1000 habitantes.

Ahora bien, la situación española es especialmente grave, ya que muchas de esas enfermeras se encuentran en una situación de inestabilidad laboral, con contratos temporales y a tiempo parcial, lo que se traduce en una importante rotación del personal dentro del sistema sanitario, cuestión que va diametralmente en contra de la continuidad de la atención, tan necesaria para ofertar un buen servicio de calidad.

Y no, no estoy exagerando, si una enfermera hoy está una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y mañana está en una consulta de pediatría en Atención Primaria, por más que ella quiera estar muy formada y ser muy competente, la calidad de sus cuidados se merma, porque no tiene continuidad, no conoce al usuario ni el entorno en el que se desenvuelve, y porque para pasar de principiante a experta se necesita tiempo, saber y saber hacer y el hacer nos lo da el día a día. 

Ésta, por tato, es la fotografía de la estructura de nuestros servicios sanitarios en relación al personal de enfermería: peores ratios, contratación inestable y alto nivel de rotación de los profesionales. Veamos ahora la imagen de la población que se atiende, sus necesidades de cuidados y los resultados en salud obtenidos hasta el momento.

España tiene la esperanza de vida más elevada de la Unión Europea (UE). Las personas de edad constituyen un porcentaje cada vez mayor de la población, casi uno de cada cinco españoles (19%) tienen 65 o más años y la previsión es que antes de 2050 sea uno de cada tres (36%).

Paralelamente, casi el 60% de las personas de más de 65 años padecen una o varias enfermedades crónicas y al menos uno de cada cinco padece alguna limitación para las actividades de la vida diaria (AVD), lo que puede requerir algún tipo de apoyo para el autocuidado. El incremento de las personas de edad, la patología crónica y la discapacidad añade presión al sistema sanitario, lo que estas personas necesitan son cuidados y previsiblemente durante un largo periodo de tiempo.

En relación a la mortalidad, la cardiopatía isquémica y los accidentes cerebrovasculares siguen siendo las principales causas de muerte. Encabezan la lista también patologías como el cáncer de pulmón, el cáncer colorrectal y la enfermedad obstructiva crónica (EPOC), y llama la atención por incremento drástico, la mortalidad por enfermedad de Alzheimer.

Más de un tercio de estas muertes pueden atribuirse a factores de riesgo por comportamientos, donde destaca el consumo de tabaco, los riesgos asociados a la alimentación, el consumo de alcohol y la poca actividad física. Las cifras de tabaquismo en los adultos son superiores a la mayoría de los países de la UE, por otro lado la obesidad es un problema que va en aumento en nuestro entorno.

Todo lo anterior se cuida, algunas veces desde la promoción de la salud, otras desde la prevención y casi siempre desde el apoyo en el autocuidado. En nuestro sistema, corresponde la prestación de cuidados a los enfermeros, y las competencias básicas y avanzadas al respecto han quedado claramente descritas en la regulación de las especialidades, pongamos como ejemplo la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria

Esta demanda de cuidados a la que nos estamos enfrentando, y que va en aumento, supone un alto nivel de exigencia para la Atención Primaria, ámbito asistencial que en los últimos años gana en resolutividad pero no en enfermeras en la misma proporción. Tanto es así, que el Marco Estratégico para la Atención Primaria, se plantea como objetivo a medio plazo incrementar el número de enfermeras contratadas de tal forma que se llegue a un médico/a - un enfermero/a por cada cupo de atención. Lo anterior, además de parecerme pobre por definición, ya que la necesidad de cuidados no depende de ninguna categoría profesional, sino de realidades en función del GMA, los determinantes sociales, el envejecimiento o la dispersión geográfica; también me parece utópico de momento, puesto que este ambicioso marco ve la luz en abril de 2019 y a las puertas del 2020 sigue sin asignación presupuestaria que respalde su aplicación.

Por tanto, se necesita una planificación estratégica y también inversión en el sistema sanitario. La población necesita cuidados, la demanda va en aumento y la sostenibilidad del sistema está en peligro.

La profesión clave, con competencias definidas y capacidad de resiliencia para aguantar este impacto en el sistema, es la profesión enfermera. Urge una planificación estratégica desde las políticas sanitarias.




miércoles, 10 de julio de 2019

Noticias como las de ayer:  "Hayan dos hermanos muertos en una casa de La Isleta" me ocupan de forma especial. Los que me conocen más, pensarán que es por mi vinculación con el cuidado del mayor, las personas cuidadoras y el centro de Salud Puerto - Isleta, donde inicié mi andadura laboral como enfermera gestora de casos.


Pero realmente no es así, es preocupante que la gente de edad muera sola en su casa y que como sistema, se tarde incluso 2 semanas en encontrar los cuerpos sin vida de una persona en situación de dependencia y de la persona que lo cuidaba, en ese caso su hermano menor. También da que pensar una situación en la que durante dos semanas nadie "te eche de menos", una sociedad en   el que las personas son tan anónimas que desapareces y nadie se entera, todo esto contextualizado en un entorno como el barrio de La Isleta, un lugar a mi juicio con arraigo y donde realmente vas por la calle y la gente del lugar se conoce.


Me produce inquietud especialmente porque tenemos un problema con el envejecimiento,  según el último informe INSERSO de las personas mayores, las personas de 65 y más años en este país representan casi el 19% de la población, frente al 11% del año 1981. La estimación apunta que el envejecimiento seguirá creciendo hasta llegar a 15 millones de personas mayores en 2060, lo que supone el 18% de la población Española. A ésto se suma el envejecimiento del envejecimiento: los mayores de 80 años en 2015 suponía el 1.7% de la población, estimándo en 2060 el 5.3%.

Con respecto a Canarias, los datos informan de que somos de las comunidades autónomas con más incremento de población envejecida:



Siguiendo el mismo informe, el 40% de las personas mayores de  65 años viven sólas en este país, de ellas casi el 30% son mujeres, muchas viudas, con menos apoyo social, menos recursos económicos y menos capacidad de compra (por vivir en España, sólas y ser mayores de 65 años).


Después tenemos la situación de salud, los sanitarios hablamos de cronicidad, la ciudadanía habla de cómo perciben su salud. De forma positiva a partir de los 65 años sólo la mitad de los hombres y el 39% de las mujeres; los mayores de 85 años, sólo el 36% de los hombre y el 26% de las mujeres perciben su salud de forma positiva. Las causas más frecuentes de discapacidad se asocian a las deficiencias sensoriales, el dolor, la EPOC, los cuadros depresivos, la diabetes, el deterioro cognitivo y la artosis. Lo anterior tiene impacto en la capacidad para autocuidarse, y ello supone que el 20% de los mayores de 65 años tenga alguna limitación en las actividades de la vida diaria básicas, lo que se dispara hasta casi un 54% de los mayores de 85 años.


Vivimos más años, con peores condiciones de vida, necesitamos que nos cuiden y sin embargo cada vez estamos más solas/os.


Sin duda, se necesitan políticas sanitarias y sociales a nivel autónomico y de la administración general del Estado para dar respuesta a esta realidad. La situación requiere de análisis e inversión en el sistema sanitario y social, además de la coordinación entre ambos. Quizás sea el momento de pensar en nuevas formas para dar respuesta a las necesidades de las personas de edad, la soledad y sus cuidados.
Por la parte que me ocupa, estas personas necesitan cuidados profesionales, éstos los ofrecen y planifican las enfermeras y así lo reconoce la LOPS en España. Sin embargo, aunque nuestra demanda como profesionales aumenta (más mayores con más necesidad de cuidados) seguimos estando a la cola de los ratios de profesionales de enfermería por población en  España y en Canarias.

 Ahora, que parece llegan vientos de cambios, nuevos proyectos y nuevas formas de planificar el futuro, espero que las enfermeras entre en la agenda política y social como merecen, y realmente se nos ofrezca la oportunidad de hacer con garantías de calidad aquello para lo que nos hemo formado: cuidar, también a las personas de edad y en la soledad.

#EnfermeriaVisible

#NursingNow


Desde este blog apoyo al colectivo #MasEnfermería, aquí puedes conocer y apoyar el proyecto.

Nota: la imagen que encabeza la entrada corresponde a la noticia publicada en el periódico Canarias 7 el día 9 de julio de 2019.

martes, 7 de mayo de 2019


Celebramos el Día Internacional de la Enfermera y el Consejo Internacional propone examinar la voz de las enfermeras desde el punto de vista de la Salud para Todos.  
Salud para Todos, como nos recuerda insistenteme la Organización Mundial de la Salud (OMS) significa "Salud para todos y todas en todas parte.” En este contexto, implica no sólo la disponibilidad de servicios sanitarios sino el estado completo de salud física y mental que permite que la persona  lleve una vida social y económicamente productiva1 . Paralelamente, la  Equidad en salud nos habla sobre la necesidad de que todas las personas pueden desarrollar su máximo potencial de salud independientemente de su posición social u otras circunstancias determinadas por factores sociales.
Por tanto, y si el objetivo es la salud para Todas las personas, el reto sería  trabajar en equipos trans-disciplinares en un sistema sanitario que considere los determinantes sociales, económicos y culturales, de tal forma que se mitiguen las desigualdades en salud.
Esto, que puede sonar a teórico o filosófico, realmente no lo es. Si usted es enfermera/o  ó sanitaria/o, puede hacerse la siguiente pregunta: ¿crees que los cuidados que ofrece la institución en la que trabaja llegan a todas las personas?, ¿crees que llegan a las personas que más lo necesitan? Sin duda, existen muchos desafíos para llegar a un sistema con estas características y entre ellos destacan:
  • Prevención y atención de enfermedades no transmisibles.
  • Cuidados que añaden valor, sistema sostenible.
  • Enfermedades transmisibles y salud pública.
  • La salud de las personas migrantes.
  • Una Salud Mental asequible.
Veamos cada uno de ellos con detalle:
DESAFÍO 1:Prevención y atención de enfermedades no transmisibles 


Si has trabajado en España, Canarias en mi caso, en los últimos años ambos sabemos que no llegamos a todas las personas y que existen casos que “nos tocan” especialmente por su vulnerabilidad. Sin embargo, es posible que estos casos sean la punta del iceberg, ya que según el último informe AROPE  el 26,6% de la población española se encuentra en riesgo de exclusión social, 3 de cada 10 personas en este país sobreviven a duras penas en condiciones dignas, son fundamentalmente mujeres con estudios, hijos y en algunos casos con “trabajo” precario y mal pagado. Esta es la cara de la pobreza en nuestro entorno y Canarias es la segunda comunidad con mayor tasa de pobreza y exclusión social.

La pobreza genera desigualdad, ésta afecta directamente a la salud. Las enfermedades crónicas, fruto de los estilos de vida, se han trasformado en epidemia siendo responsables del 71 % de la mortalidad mundial, una amenaza real para la salud de la población. Las personas que viven en pobreza tienen más riesgo de fallecer por enfermedades crónicas o no transmisibles.
Aquí tenemos un desafío que requiere evolucionar del modelo vicario biomédico,  enfoque que  “desenfoca” la necesaria inversión para el abordaje de los determinantes sociales y el fomento de estilos de vida saludables.  El sistema necesita centrar la atención en el usuario, invertir en promoción y en prevención de la salud, una Atención Primaria (AP) fuerte (con más recursos) y acciones multisectoriales.
La AP fuerte orienta la salud desde la equidad, trabaja en equipos multidisciplinares, lidera la colaboración multisectorial y comprende la salud desde el bienestar positivo. Aquí la población encontrará enfermeras suficientes que coordinan sus cuidados, invierte tiempo en la promoción de la salud (en agenda), también en prevención y siguen los procesos de cronicidad. En algunos casos, además tendrán el apoyo de una gestora de casos, que orientará a través del sistema a la familia, y entre todos intentarán que las personas permanezcan bien cuidadas en el entorno. 
DESAFÍO 2: Cuidados que añaden valor, sistema sostenible.


La cobertura sanitaria universal supone una atención en salud de alta calidad accesible para todas las personas a un precio asequible para el consumidor y para el país. Ello implica un cuidado adecuado, en el momento adecuado, por el proveedor adecuado, sin despilfarro de recursos y sin dejar a nadie detrás.
No cabe duda que es todo un reto para la sostenibilidad del sistema, más considerando que el gran caballo de batalla está en las enfermedades crónicas y sabiendo que la promoción de hábitos de vida saludables es realmente difícil.
Una propuesta con impacto directo en resultados son los cuidados centrados en las personas, a lo largo de todos los ámbitos de atención, independientemente de la situación de salud y en todo el ciclo vital.
La idea es centrarse en las necesidades, según las opiniones de los usuarios y alejarse de los sistemas que exclusivamente se centran en la demanda “médica”. Se habla en este caso de acciones básicas y poco costosas, tales como: 
  • El usuario en el centro.
  • Intervención en todo el ciclo de salud - enfermedad y no sólo en el tratamiento.
  • Reorganizar los cuidados en unidades integradas, no por especialidades médicas patológicas.
  • Atención multidisciplinar e innovación en cuidados.
  • Sistemas de medición adaptados a los cuidados, evaluación e implementación de mejoras.
Lo anterior necesita más AP, mejor coordinación entre ámbitos,  profesionales formados con recursos adecuados, colaboración y consulta a la comunidad.

Mención especial merece la información que se comparte para la continuidad en la atención. Es básica por la seguridad del paciente, la coordinación y la eficiencia. Paralelamente, esta es la información que se necesita para observar resultados, establecer evaluación e implementar mejoras. La información que las enfermeras actualmente están registrando en las historias de los usuarios son de un valor incalculable, máxime si el registro ha sido sistematizado. Aquí la profesión dispone de herramientas tan valiosas como los criterios de resultados en salud (NOC), que bien utilizados, pueden revolucionar el sector salud y contribuir a la mejora del sistema sanitario.

DESAFÍO 3: enfermedades transmisibles y salud pública.

Otro aspecto a trabajar son las emergencias en Salud Pública. Ninguna epidemia es local, no sabemos dónde surgirá la próxima, aunque trabajamos con la absoluta certeza de que ocurrirá y con la incertidumbre  de saber si contamos con un sistema de Salud Pública fuerte y resiliente.

Diariamente las noticias nos hablan de epidemias, últimamente de  Sarampión o Ébola. ¿Cuánto crees que tardará en moverse por el mundo? Dependerá de las horas de vuelo, después sólo necesitas población susceptible, sistema sanitario debilitado y limitación en la inversión en salud, del resto ya se encarga el patógeno.
El personal sanitario de primera línea, y en concreto las enfermeras, ocupan un lugar central en la detección y cuidados de las enfermedades transmisibles, así lo demuestran la documentación sobre epidemias devastadoras como el Ébola de 2014 o la gripe de 1918.
Los servicios sanitarios son esenciales y siguen funcionando durante una crisis, por tanto, la capacitación y protección del personal antes (más que durante) debería estar garantizada por el sistema. Un entorno seguro para el personal y el paciente genera confianza y mejora la perspectiva de resultados positivos.
            Las enfermeras aportan:
  1. Buenas prácticas en seguridad del paciente y control de infecciones en todo momento.
  2. Inmunizaciones: estar inmunizadas y fomentar la vacunación en el entorno a personas susceptibles.
  3. Detección temprana de acontecimientos inusuales: somos el colectivo sanitario más numeroso y quién más tiempo pasa al lado de los usuarios.
  4. Capacidad para la planificación y simulación ante un posible brote, lo que ha quedado demostrado con las crisis Ébola de 2014 y gripe A de 2009.

Por otro lado, también existen asuntos pendientes, como la formación con visión salubrista y el liderazgo ante eventos no esperados. El sistema necesita evaluarse para identificar sus fortalezas y debilidades ante una posible epidemia que sabemos llegará. Si identificamos aspectos de mejora y potenciamos líderes con conocimientos y capacidades para sostener los cuidados ante una amenaza, el servicio se comportará de forma resiliente y ofrecerá buenos resultados.
Un último apunte en este desafío: para todas las personas. La cobertura sanitaria universal minimiza los riesgos en materia de seguridad global. La población se acerca antes al sistema cuando “no tiene miedo” ni barrera financiera, ello facilita la detección precoz. La confianza en el sistema hace que acudas ante los primeros síntomas, además de facilitar la adhesión al plan terapéutico. La salud global debe fundamentarse en los cuidados de calidad y no en el miedo. 

DESAFÍO 4: la salud de las personas migrantes.


Las personas migran por múltiples razones: pobreza, conflictos, ausencia de derechos, discriminación o falta de acceso a un trabajo digno. La llegada al “destino” en muchas ocasiones implica exclusión jurídica, económica y social, en algunos casos también discriminación, explotación, malnutrición y acceso limitado o inexistentes a los servicios esenciales de salud.
Ciertamente, las personas que migran suelen ser personas sanas, lo que está bien documentado en la literatura y los mayores niveles de vulnerabilidad se encuentran en las personas de edad, los/as niños/as y las mujeres, víctimas en múltiples ocasiones de violencia sexual durante el trayecto, por lo que llegan embarazadas o con recién nacidos al destino.
La igualdad de acceso a la atención de salud es un derecho humano, tenemos la responsabilidad ética y moral de garantizar el acceso a las poblaciones más vulnerables.
Es probable que una enfermera sea el primer sanitario que encuentran estas personas al llegar al sistema, nuestra oferta de cuidados será digna, sensible a la cultura y al género. Además, tendremos el reto de generar confianza y establecer relaciones de apoyo para facilitar el movimiento por el sistema y la coordinación de los cuidados. A otro nivel estarían las políticas para facilitar el acceso y trabajar por unos objetivos de salud global. Aquí, nuestros “representantes” deberían estar trabajando como mínimo en:
  • Trabajar la salud de las personas migrantes en las agendas autonómicas y nacionales, promocionando políticas sensibles con protección jurídica y social.
  • Establecer sinergias con las acciones desde la Salud Pública a corto y medio plazo.
  • Participar en el empoderamiento y la igualdad de género en las niñas y mujeres migrantes.
En definitiva, que la profesión enfermera entre en la agenda política y participe de las mejoras para la salud de las personas migrantes. Las/os enfermeras/os ocupan un lugar central en la consecución de la Salud para Todos, es necesario ampliar los horizontes de mira y evolucionar dentro de nuestras estructuras arcaicas, muy alejadas del liderazgo necesario.
DESAFÍO 5: Una Salud Mental asequible.


El acceso a servicios de salud mental de calidad y asequibles está en crisis. La OMS estima que dos tercios de la población con problemas de salud mental conocidos nunca busca ayuda. El estigma, la discriminación y el abandono impiden que los tratamientos lleguen.  En los países con un nivel de renta alta, sólo una de cada cinco personas con síndrome depresivo reciben tratamiento adecuado (2). Si a lo anterior se suma las listas de espera para acceder a las unidades de salud mental,  estimo suficiente la justificación para afirmar que esta terrible situación requiere de inversión, ya que se está hablando de la mayor causa de discapacidad en el mundo.
Partimos de la base de que las enfermedades mentales son consideradas dentro del enfoque de la cronicidad y que los determinantes sociales tienen un alto impacto en las mismas. Además, pueden aparece en cualquier momento del ciclo vital y suelen estar relacionados con otros problemas crónicos que acortan la esperanza de vida de los usuarios.
Valorar acciones de mejora es realmente complejo y requiere de una visión integrada donde algunas líneas de trabajo podrían ser:
  • Planes coherentes, previa consulta a todas las partes implicadas, lo que supone usuarios, familias y sanitarios. Dentro del equipo de sanitarios las/os enfermeras/os, en concreto especialistas en salud mental, de práctica avanzada en gestión de casos y especialistas en familiar y comunitaria.
  • Equidad en el acceso y un papel más protagonista de la AP.
  • Acciones en la promoción y la prevención. Trabajo comunitario.
  • Gestión de casos y continuidad en la atención, recuerden que la gestión de casos tiene su origen en la salud mental.
  • Acceso directo a los cuidados especializados en salud mental: más enfermeras especialistas, consultoras y con agendas que permitan gestionar una demanda.
  • Cuidados colaborativos y cooperación interprofesional centrados en las personas y las familias.
  • Coordinación real y eficiente. Comunicación eficaz entre ámbitos asistenciales.
  • Formación: de postgrado, continuada y conjunta.
  • Apoyo a la investigación de los cuidados especializados en la salud mental

El gran desafío de la Salud para todas las personas, requiere ponerse en marcha y liderar el cambio. El liderazgo enfermero es clave, los profesionales de enfermería tienen la capacidad de entender las posturas de todos los implicados y trasladar la información. Lo llevamos haciendo de siempre y va implícito en nuestro ADN profesional.
Las/os enfermeras/os conocen los problemas reales de la población porque han trabajado durante años “las historias” de miles de familias, comprenden la situación con su visión holística del ser humano y del servicio sanitario, son expertas en comunicación puesto que ésta es la base de la oferta de cuidados.
Nuestras habilidades nos permiten sensibilizar a los poderes políticos y respaldar la toma de decisiones. Paralelamente somos capaces de trasladar a la población qué se decide y por qué es la mejor opción en este momento. Si usted quiere piezas claves en sus equipos de toma de decisiones, contrate a enfermeras.
Nosotras, que gozamos de la confianza de la población, debemos asumir el reto de convertir las injusticias en equidades, dar voz a las personas más vulnerables, y trasformar las historias de la población en políticas que fomente la Salud y el Cuidado para todas las personas.

#EnfermeriaVisible

#NursingNow 

Desde este blog apoyo al colectivo #MásEnfermaría, aquí puedes conocer y apoyar el proyecto.
  
Bibliografía:

  1. Mahler, H., The Meaning of "Health for All by the Year 2000". Am J Public Health, 2016. 106(1): p. 36-8.
  2. Frankish, H., N. Boyce, and R. Horton, Mental health for all: a global goal. Lancet, 2018.


sábado, 23 de marzo de 2019


 
Sabe el lector que en los últimos meses he estado ocupada, junto al equipo Más Enfermería, intentando trabajar por un  colegio profesional democrático y transparente.
 
Sepa también que no tengo por costumbre tomar decisiones a la ligera, y que cuando afronto un nuevo proyecto intento estar bien documentada, buscar asesores, también soñadores y trabajar en equipo. Todas estas cuestiones las considero garantes de exito. Dibujar una nueva propuesta, la que sea, necesita de reflexión, estudio, análisis de la situación actual (en lo local y en lo general) y elección de las líneas principales que soportarán el futuro proyecto.

Cuando se comenzó a trabajar, las enfermeras coincidían en la necesidad del cambio, se analizó el colegio de enfermería actual y se pensó en el que queríamos tener (distante de la realidad actual). Se configuró un equipo de enfermeras y enfermeros de altas competencias, fiel reflejo de lo que el ciudadano encuentra cuando se acerca al servicio sanitario. Se recopilaron ideas brillantes para conformar un programa atractivo que sería defendido por gente luchadora, comprometida y también soñadora.

Conocedores de las dificultades que entrañan este tipo de convocatorias y estando al día de lo que había ocurrido en el colegio de enfermería de Las Palmas (en adelante CELP) en convocatorias anteriores, más lo que ha ocurrido a nivel nacional (después volveré sobre este punto) se puso al equipo en antecedentes del duro trabajo que teníamos por delante. 

Mientras, me repetía mentalmente: "Seguro que aquí no pasa", "seguro que el despropósito que ha ocurrido en anteriores convocatorias y en otros colegios aquí no pasa". No soy una ilusa, no se equivoque, no es que pensara que la historia no se repetiría, es que se estudiaron en profundidad los estatutos, se buscaron asesores externos y se trabajó en consecuencia. 

Pero pasó, y tanto que pasó: elecciones convocadas sin apenas publicidad, 8 días para presentar lista con 20 miembros, la junta de gobierno ejerce de junta electoral (juez y parte), hasta aquí todo según los estatutos. Se rechaza la lista alternativa  presentada por Más Enfermería, sin argumentos ajustados a derecho ni a los propios estatutos. La junta de continuidad se autoproclamada - en medio del proceso -  y finalmente, si existe compromiso con la profesión y quieres devolver el colegio a las manos de los colegiados, la alternativa pasa por los tribunales, y en ello estamos.

La cuestión es que este atropello que hemos vivido las enfermeras y los enfermeros de Las Palmas, ni es nuevo ni se limita a nuestra provincia, y como ejemplo podemos contar:


  • Cáceres: en diciembre de 2018 tocan elecciones, 15 días antes se convoca junta general extraordinaria que aprueba unos nuevos estatutos de legalidad no muy clara. Elecciones convocadas finalmente 20 días después del plazo, con nuevas "reglas del juego", ya que la candidatura pasa de 9 a 32 personas, a presentar en 8 días: ¿te suena de algo?  Y cómo acabó el cuento, pues que la Presidenta y la Secretaria de la comisión ejecutiva (ambas en funciones) dictan resolución en la que se autoproclaman y anulan la lista alternativa. Seguro que aquí no pasa.


  • Albacete: 30 de julio de 2018 se convocan elecciones, 5 (sí, sólo 5) días de plazo para presentar candidaturas, nadie se enteró. La lista de continuidad se autoproclamada, como en las últimas 3 convocatorias de dicho colegio, se genera una importante polémica en medios y redes sociales, ¿y qué dice la junta? que el proceso se ajusta a estatutos: ¿te suena de algo? Seguro que aquí no pasa.


  • Pontevedra: 17 de julio de 2018 se convocan elecciones después de 9 años, 8 días para presentar la candidatura, día de elecciones: 15 de agosto, festivo nacional, en horario de 10.00 a 14.00 horas. Cuando se pregunta al presidente ¿Por qué este día? Porque ese día unos vienen y otros van . Resultado: en votos presenciases aplasta la candidatura alternativa; en votos por correo (359 teóricos) 364 todos a favor de la candidatura de continuidad, pucherazo en toda regla. Seguro que aquí no pasa.


  • Almería: en diciembre de 2017 se convocan elecciones, 5 meses después de terminar el mandato (en contra de lo que se regula en los estatutos). Nadie se presentó, con lo cual la junta de continuidad que lleva 25 años y 0 votos (nunca ha sido posible) afrontarán otros 5 años más. Seguro que aquí no pasa.


  • Madrid: elecciones fantasmas en 2016 ya que nadie se enteró, saltó la liebre porque una enfermera solicitó un certificado de pagos de sus cuotas y llegó firmado por un "nuevo" presidente, eso sí, anterior vocal de la junta que ha estado al frente del colegio durante más de 20 años. Las enfermeras piden explicaciones y el silencio por respuesta. Seguro que aquí no pasa.


  • Asturias: 8 de enero de 2016 en asamblea general se solicita información sobre las elecciones, no se obtiene respuesta. 16 de enero de 2016 toma posesión la junta de continuidad pero los asturianos no se enteran hasta marzo de 2016. ¿Y qué dice la junta ante la denuncia profesional y social? Que se ha procedido conforme a estatutos, ¿te suena de algo? seguro que aquí no pasa. 

¿Y hay más? desgraciadamente sí: León, Zaragora, Aragón, Granada, y si seguimos buscando seguiremos encontrando. Gráficamente, aquí puedes ver  una recopilación de ejemplos de convocatorias en verano, fiestas, Navidad incluso coincidiendo con OPE realizados por Acción Enfermera:

Acción Enfermera





Si has llegado leyendo hasta aquí, entiendo que podemos coincidir en que, lo ocurrido en el CELP no es casual. A nadie se le escapa las similitudes en los procesos: cortos periodos de tiempo para presentar listas, candidaturas alternativas que se rechazan sistemáticamente, enfermeras que se enteran de las elecciones cuando las juntas se autoproclaman, juntas al frente de los colegios años y años con 0 votos. El CELP: 12 años 0 votos.

Desgraciadamente, y muy a mi pesar, aquí sí que pasa, y seguirá pasando si no damos un paso al frente y tomamos la voz. Los colegios profesionales pertenecen a las enfermeras y a los enfermeros y hay que trabajar para conseguir el cambio. El análisis de la situación es imprescindible, se necesita una masa crítica que transforme nuestro entorno, con palabras, hechos y coherencia.

Trabajar desde la visibilidad social, desde el encuentro y la reflexión con el poder legislativo y político, poniendo sobre la mesa los hechos y buscando líneas de trabajo alternativas, que existen y se pueden desarrollar. Seamos constantes, serios, rigurosos con la mirada al frente y la conciencia tranquila, porque yo, cuando llego cada noche a la cama duermo, duermo tranquilamente sabiendo que se está haciendo todo lo humanamente posible por devolver a la profesión enfermera un derecho fundamental: el de poder elegir libre y democráticamente a sus representantes.

Gracias a todos los que día a día apoyan este camino.