Espacio donde compartir mis opiniones en relación a la profesión.

sábado, 23 de octubre de 2021

Este mes de octubre esta siendo, al menos para mí, un periodo de intensa actividad laboral y reflexión. He tenido el honor de participar en Fuerteventura en las II Jornadas de actualización en lactancia materna con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2021 en Europa, todo ello en la misma semana en que se publica la revisión 2021 del código de ética del CIE para las enfermeras


La profesión enfermera tiene una responsabilidad ética con la población que atiende, la práctica clínica, el equipo multidisciplinar, la profesión en sí misma y la salud global. 

Desde el punto de vista de la salud global, como sanitarias valoramos la atención como un derecho humano y nos reafirmamos en el derecho de acceso universal a la atención de salud para todas las personas, conocemos la trascendencia de los determinantes sociales de la salud y trabajamos para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible. 

Como enfermera asistencial y gestora estoy convencida de que nuestras acciones cotidianas contribuyen a actuar en los problemas globales que afectan a la salud y en este caso me gustaría reflexionar sobre cómo apostando por la lactancia materna estamos contribuyendo a la salud global y al desarrollo sostenible, ya que estamos trabajando teniendo en cuenta la alimentación adecuada, la seguridad alimentaria, la pobreza, la equidad de género, la salud ambiental y la educación.

Como responsables del cuidado de la sociedad, las enfermeras y las matronas estamos convencidas de que el patrón de oro en la alimentación del lactante es la leche materna. Los beneficios nutricionales y de bienestar que la leche humana proporciona al recién nacido, su madre, las familias y la sociedad están sobradamente demostrados. Partimos siempre de la base del derecho que tiene la mujer a tomar una decisión libre e informada sobre el método de alimentación de su hijo/a. Para esa toma de decisiones, los sanitarios y las autoridades tenemos la responsabilidad de facilitar un buen acceso a la información, libre de influencias comerciales, basada en el respeto, el soporte y el apoyo a la persona y a la familia que tenemos delante. 

Cuando una mujer decide alimentar a su bebé con lactancia materna está tomando una decisión que tiene un importante impacto no sólo en ella misma y en su descendencia, sino también en la sociedad, la economía y el desarrollo sostenible. Y es que la lactancia materna es una forma natural de alimentarse que no supone coste adicional al presupuesto familiar y que disminuye el gasto social y sanitario. Proporciona durante 2 o más años nutrientes de alta calidad y puede ayudar a prevenir la desnutrición y la obesidad, mejorando significativamente la buena salud de los niños, niñas y sus madres, contribuyendo al desarrollo mental y cognitivo de nuestros hijos, ayudándoles en su aprendizaje. Todo esto dicho en el marco de un país donde 1 de cada 4 personas está en situación de pobreza o exclusión social y escrito desde Canarias, donde desgraciadamente vemos un año más cómo los datos de pobreza y exclusión social empeoran. Aquí 3 de cada 10 personas están en situación de pobreza y con dificultad para afrontar sus necesidades básicas, entre las que se encuentra alimentarse adecuadamente. Cuando se salvaguarda y se apoya la lactancia en todas las mujeres, y en especial a las que viven en situación de pobreza y vulnerabilidad, se ayuda a reducir las desigualdades y se camina hacia la equidad. 

La lactancia es un derecho único de las mujeres y blindarla equivale a proteger sus derechos reproductivos y en salud, es trabajar en igualdad de género. Cuando una empresa protege a una trabajadora lactante, hace que nuestros empleos sean más dignos y contribuye a construir una sociedad más justa. Paralelamente, cuando la sociedad respeta y pone en valor las actividades de cuidado no remunerado que realizan fundamentalmente las mujeres en el hogar, y que son la base para el desarrollo y el bienestar de las familias, estamos caminando hacia la sociedad los cuidados como la base de la justicia social.

Como comunidad tenemos el reto de asegurar la protección de los más vulnerables, lo que es especialmente importante en momentos de crisis. Hemos sido golpeados por el COVID, y además de la situación sanitaria, la población española se ha visto sometida a una privación material severa en el 7% de su población. Por otra parte, cualquier situación de crisis se traduce en una auténtica pandemia de violencia contra las mujeres . Y vuelve ocurrir en todas y cada una de las catástrofes. Como ejemplo, ahora mismo en La Palma, durante la erupción volcánica, se han disparado las llamadas al 112 por casos de violencia de género. Estas situaciones deberían ocupar la agenda política de forma destacada, ya que según el informe de la iniciativa mundial sobre tendencias de la lactancia materna en España, nuestro país puntúa con un 0 en alimentación infantil durante las emergencias . Por tanto, siempre que exista una crisis, debe existir una especial atención a la situación de la mujer en general y en especial a las embarazadas, las lactantes y su descendencia, dado el claro incremento de vulnerabilidad al que se ven sometidas.

Quiero también aprovechar la ocasión para poner en valor la contribución de la lactancia a un mundo más limpio. La leche materna es un alimento natural y renovable, ambientalmente seguro. Proporciona al bebé el agua que necesita y evita la contaminación que se deriva de la producción de sucedáneos. Amamantar produce efectos positivos en la lucha contra el cambio climático dado que significa menos consumo de materias primas, menos consumo de energía y por tanto menor emisión de CO2 y de gases con efecto invernadero, menos producción de envases, menos uso de plásticos, menos degradación ambiental y menos contaminación. 

Amamantar a una hija/o es por tanto una decisión individual con gran impacto en la colectividad. Es responsabilidad de todos trabajar para que la lactancia materna sea trasversal a todas las políticas en salud.

Promocionar la lactancia materna es apostar para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. Se hace necesario apoyar a las mujeres y procurar los cuidados que se necesitan para que la lactancia se instaure y se mantenga al menos durante 2 años. Hay que seguir trabajando en el desarrollo de alianzas, desarrollando acciones concretas a nivel comunitario y con la implicación de todos. 

Como enfermeras tenemos la responsabilidad de trabajar y liderar intervenciones con visión inequívoca de cuidados profesionales, porque si hay un momento vital en el ser humano en el que los cuidados han sido protagonistas y con influencia en el presente y futuro de nuestra especie, ese es el parto y la lactancia.

sábado, 5 de junio de 2021

 

El pasado 12 de mayo e 2021 el Colegio Oficial de Enfermería de Las Palmas (CELP) celebró, en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología, la Jornada de Enfermería "una voz para liderar - una visión de futuro para la atención de la salud".

Comparto aquí la bienvenida y reflexiones de inicio de la jornada:


Queridas compañeras, queridos compañeros, bienvenidos y muchas gracias por su presencia esta tarde aquí para reflexionar sobre “una voz para liderar, una visión de futuro para la atención de la salud”. 

Este año el CIE nos propone este lema y desde el CELP nos hemos hecho eco a través de este espacio de reflexión y encuentro entre enfermeras de diferentes ámbitos y otros grupos de interés.

Sin duda, el liderazgo de las enfermeras en el que probablemente haya sido el año más difícil de nuestras vidas ha sido palpable. Nuestra presencia en esta pandemia ha supuesto la protección de la población, hemos trabajado y estamos trabajando para salvar vidas. Algunos ejemplos que acciones realizadas por el sistema e impensables sin nuestra presencia han sido:

  • La realización de todas las pruebas necesarias para la detección del virus: PCR, test antígenos, etc.
  • La realización de las labores de rastreo.
  • Las labores de prevención y control de los brotes por COVID 19 en los centros socio – sanitarios y de mayores.
  • El cuidado a pacientes positivos en sus casas, en recintos especialmente habilitados para ello, en las plantas de hospitalización, en las UCI.
  • El cuidado a pacientes migrantes. Hemos atravesado la mayor crisis humanitaria conocida en nuestro entorno y las enfermeras todos y cada uno de los días han estado atendiendo a estas personas.
  • Y actualmente llevando adelante la más importante campaña de vacunación conocida hasta el momento en nuestro entorno.
Y todo lo anterior, sin dejar de atender al resto de nuestras responsabilidades, porque estas actividades se “suman” a nuestra labor habitual.


Lo verdaderamente relevante de toda esta actividad ingente de cuidados que hemos liderado este año es que lo hemos hecho porque lo sabemos hacer, porque forma parte de nuestras competencias profesionales, de nuestro conocimiento.

Todas estas acciones se basan en la relación enfermera – paciente, sobre la que siempre ha pivotado nuestro verdadero poder, eso que podemos conocer como la gestión de lo cotidiano. Esa relación con el paciente y el entorno, compuesta de pequeños gestos, de observación, de escucha, de apoyo, esa relación de cuidados que sostiene la vida.

Esa relación, que hasta el momento ha transitado en la sombra, la epidemia por SARS – CoV - 2 la ha puesto en agenda, porque lo habitual y rutinario para nosotras se ha transformado en la base para “parar” la epidemia. Y las enfermeras, que somos la mayor fuerza del sistema sanitario, hemos dado un paso adelante, hemos actualizado nuestros protocolos según la mejor evidencia disponible y hemos participado de los resultados en salud de esta provincia, como después nos contarán algunos de nuestros ponentes.

Habitualmente escucho o leo sobre la necesidad de “empoderarnos como profesión”. Hoy, sin embargo, quiero hablar del poder de nuestra profesión, hablar del poder de nuestro conocimiento, de nuestra competencia profesional, del poder que nos otorga ser el colectivo profesional más numeroso del sistema sanitario. Quiero hablar también de la importancia de que cada una de nosotras ejerza ese poder en el día a día, asumiendo la responsabilidad de liderar el cuidado allí donde se realicen nuestras actividades, con visión crítica y haciéndonos escuchar.

No me queda la más mínima duda de que la fuerza está en la base, sólo unidas y desde la firme convicción de trabajar haciendo siempre lo mejor encontraremos la clave para la mejora del sistema sanitario.

Nadie, insisto nadie, podrá impedirnos hacer y hacer bien la esencia de nuestro trabajo: CUIDAR DE LAS PERSONAS.

Y como la propuesta que les traigo, es que cada una de nosotras haga lo mejor que pueda hacer allí donde esté, esta Junta de Gobierno que tengo el honor de presidir, se compromete con aquello que sí podemos hacer:

  • Potenciar la formación de las enfermeras de Las Palmas.
  • Potenciar la investigación en cuidados.
  • Realizar una observación de los cuidados que nos permita emitir y dar a conocer los informes pertinentes sobre la necesidad de incrementar y dar estabilidad a las enfermeras en los entornos socio – sanitarios.
  • Contaremos a los distintos agentes sociales nuestra realidad, nuestras carencias y la importancia de que te cuiden, y te cuiden bien, con calidad y con seguridad.

Estamos convencidas de que nuestra forma de entender el mundo, con nuestra visión y nuestro método de cuidados, amplio, sistemático, ordenado y que efectivamente pone al paciente en el centro para poder atenderlo en las mejores condiciones, ese método es una de las herramientas que el sistema necesita para abordar esa gran ola que llegará después del COVID. Esa ola que desgraciadamente nos traerá más cronicidad, más fragilidad, más dependencia y más soledad.

Nosotras, que representamos el equilibrio entre la ciencia y la conciencia, podemos aportar una nueva estación de conocimiento para la transformación del sistema sanitario.

Los enfermeros y las enfermeras, que tenemos la responsabilidad compartida de salvaguardar el derecho a la salud, entregamos a la ciudadanía el legado de nuestro conocimiento. Este es nuestro poder, esta es nuestra fuerza para liderar el futuro del sistema sanitario.

Gracias a tod@s.

 


Si además quieres ver un resumen de la Jornada, aquí te dejo un vídeo: 


https://m.youtube.com/watch?v=AeH0EM86wsg 

domingo, 21 de marzo de 2021


Hace ya algo mas de dos años, un grupo de enfermeras y enfermeros nos unimos para impulsar un Colegio Profesional distinto en la provincia de Las Palmas. Nos ilusionaba pensar que había otra forma de potenciar la profesión, de mejorar las condiciones de trabajo y de abrir el Colegio al siglo XXI.

Dos sentencias judiciales más tarde, y todo un proceso participativo mediante,  estamos ante el reto de transformar el Colegio de Enfermería de Las Palmas en lo que los profesionales quieren y esperan, y lo que, creo firmemente, la población necesita. 

Han sido dos años de trabajo ingente, de esfuerzo y dedicación. Hoy estamos convencidas de que ha valido la pena, porque hemos conseguido que la profesión sea convocada a un proceso electoral. En el último momento,  a menos de 24 horas de abrir las mesas electorales, nos encontramos con un giro de timón inesperado, la candidatura de continuada se retira del proceso. Como consecuencia, el proceso electoral concluye y la nueva junta directiva ya ha comenzado a trabajar

Ahora toca construir el Colegio en el que caben todas y todos, la casa común que defiende el presente y el futuro de la profesión. Construyamos, entre todas, el Colegio del que nos sintamos orgullosas.

Estoy convencida de que las cosas se pueden cambiar con trabajo, compromiso y honradez. GRACIAS a todas las personas que han contribuido al cambio, y a todas las que seguirán haciéndolo.